Si los hombres de mi barrio se vuelven a joder, lo saben: ¡siempre podéis contar conmigo! No importa si la vieja no la deja probar o si la vida amorosa no va tan bien, ¡estoy ahí para ella y sus pollas duras! Hoy fue Jörg desde el otro lado de la calle quien me escribió si todavía tenía tiempo para él. Su esposa cree que irá a la mesa de los clientes habituales como siempre, ¡pero antes de eso hace un desvío cachondo a mi casa! ¡A menos de 100 metros de su casa por fin consigue algo para follar! Lo recibo en lencería caliente, porque le gusta y luego me folla especialmente caliente! Al llegar a la habitación, chupo su polla bastante fuerte, ¡luego puede follar mi apretado coño! En blanco, por supuesto, buena vecindad! Pero cuando le estiro el culo para que me folle como un perrito, ¡de repente siente ganas de sexo anal! Le encanta ensanchar rosetas apretadas con su gran polla, ¡impensable con su esposa! ¡También siento como su polla en el culo y su polla gorda perfora profundamente mi ano! ¡Me pone cachondo analmente hasta que ya no puede aguantar más y rocía su crema en mi culo regordete!
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